Fungie
Fungie
No se pudo cargar la disponibilidad de retiro
Fungie era el guardián de los susurros. No de los vientos o las hojas, sino de las palabras no dichas, los pensamientos olvidados y los pequeños lamentos que se perdían en el aire. Cada noche, cuando la luna proyectaba largas sombras y el bosque se sumía en un silencio reverente, Fungie extendía sus diminutas raíces hacia el suelo y absorbía los ecos de los susurros del día. Podía sentir la alegría de un colibrí al encontrar una flor nueva, la preocupación de una ardilla por sus nueces escondidas, y la añoranza de un zorro por la luna llena.
A menudo, los susurros eran tristes o preocupados, y Fungie sentía el peso de esas emociones en su pequeño corazón. Por eso, a veces su expresión era un poco grave, como si cargara con todos los anhelos del bosque. Sin embargo, su propósito era noble: al absorber estos susurros, ayudaba a que el bosque mantuviera su equilibrio, liberando las energías estancadas y permitiendo que la paz floreciera.
Compartir


